diumenge, de juliol 01, 2012

Domingueo gris



Balance por balance, me quedo con la parte de presente que pesa.

Aún así algún domingo de estos con lluvia como hoy me acuerdo mucho de cuando vivíamos juntos. De cómo te levantabas por la mañana e ibas hasta el Mistral a comprar esos cruasanes de jamón y queso que tanto me gustan para luego despertarme con olor a café.

En fin, ya sé que balance por balance, ahora estoy muy bien. Los cruasanes no son motivo suficiente. Aunque ahora mismo pagaría mucho dinero por uno de ellos. Calentito, recién salido del horno, estirada en mi sitio izquierdo del sofá con la manta de oveja y viendo la previa del partido a tu lado mientras me toqueteas los pies. Seguramente discutiríamos por algún motivo político, pero ¿sabes qué? Que ya que estoy escribiendo yo, y como que escribo lo que me da la gana, esta noche no hay discusión. Esta noche de domingo será la noche más reconfortante que hemos tenido. Mira, te voy a preparar la cena y todo, que me estoy animando. Te prepararé la cena y luego te abrazaré dándote besos en la espalda hasta que te duermas. Y quizás pongo tu móvil en modo avión sin que te enteres y mañana te despierto yo antes de ir a trabajar con un cruasán del Mistral y con olor a café.



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada